Secundaria 6 de Bavio
“Rutas de Sangre”: estudiantes de Bavio reconstruyeron una historia silenciada
El trabajo comenzó en las aulas, traspasó los límites del pueblo y fue el ganador del concurso “Los caminos de la memoria, la verdad y la justicia” 2024.
Estudiantes de Secundaria 6 de Bavio

Si algo caracteriza a Bavio es la tranquilidad de un pueblo rural. Pero esta localidad, situada en el partido de Magdalena, a escasos 50 kilómetros de La Plata, guarda parte de la historia más dolorosa de la Argentina y de la que poco se habla. En el 2024, un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria 6 se embarcó en el desafío de adentrarse en el pasado y descubrió que, durante la última dictadura militar, sus tierras fueron manchadas de sangre.

El trabajo (miralo acá), que puso nombres propios a lugares y protagonistas, obtuvo el primer lugar en el concurso “Los caminos de la memoria, la verdad y la justicia” realizado el último año por el Programa provincial Futuro Memoria, que llevó a cabo la Subsecretaria de Derechos Humanos y que convocó a jóvenes de entre 14 y 21 años interesadas e interesados en vivir una experiencia educativa y creativa sobre la memoria a través de la participación en un certamen de producciones artísticas y culturales.

Las y los estudiantes que en ese momento cursaban sexto año en la escuela se unieron rápidamente a la propuesta presentada por la profesora Anabela De Feudis. "Al principio, la idea era investigar algo relacionado con nuestra localidad, pero encontramos un hallazgo periodístico que nos impactó: la aparición de cuerpos en distintos caminos rurales y rutas cercanas", explicó la docente. En la primera fase de la investigación, los estudiantes determinaron que 10 personas fueron ejecutadas de manera ilegal en el primer año de la dictadura cívico-militar.

Para muchas y muchos de las y los estudiantes fue revelador. Cómo podía ser que un pueblo tan calmo, con campos cultivados, donde el cielo se ve inmenso y la gente es siempre afable, había sido elegido para ocultar crímenes. Al parecer para esos militares la desolación de los campos y la cercanía con La Plata hacían de Bavio un lugar ideal para cometer los asesinatos y mutilaciones o simplemente para dejar abandonados allí los cuerpos sin testigos.

Con el paso del tiempo, el miedo y el dolor llevaron al pueblo a olvidar estos hechos, hasta que las nuevas generaciones de jóvenes comenzaron a hablar del tema.

 “Nuestro objetivo no era sólo contar el horror, sino también dar cuenta de la vida de esas personas, de quiénes eran, si eran estudiantes, qué proyectos de vida tenían”, contó la docente.

Pablo Madueño, profesor de música de la escuela, también se unió al proyecto del grupo. Compuso la música para el video que acompañó la investigación. "La propuesta musical busca acompañar y representar las distintas emociones que se expresan en los procesos de memoria, verdad y justicia. Sabemos que la música no solo es una herramienta de transformación, sino que también genera muchísimas emociones", afirmó.

Para llevar a cabo la investigación, los estudiantes recorrieron archivos, bibliotecas, tribunales y profundizaron en la historia de su pueblo. ¿Qué sabían y qué callaban sus propios vecinos? Tal vez fue la primera vez en muchos años que se trató el tema en Bavio. Los estudiantes hicieron revivir aquellas épocas a los vecinos y sus familias, y descubrieron que había mucho para recordar.

Poco a poco, dieron vida a un video que refleja un fragmento de la historia del país, pero que, esta vez, no aparece en los libros, sino que se vive y se transita mientras se caminan los mismos caminos de tierra y soledad que otros jóvenes recorrieron antes de ser asesinados.

Finalmente, esos cuerpos arrojados cerca de sus casas tenían un nombre y una historia:

Reyna Leguizamón, nacida en Santiago del Estero y residente en Berisso, militaba en el Partido Comunista. Era trabajadora y delegada del Frigorífico Swift. Tenía 34 años cuando fue secuestrada de su casa y asesinada. Su cuerpo apareció en el camino comunal que conecta la Ruta 36 con el barrio Ferrari.

María Esther Lacroix, maestra y psicóloga de 30 años, militaba en la organización Poder Obrero. Fue secuestrada de su casa en Gonnet. Su cuerpo y el de su esposo, Alfredo Ponce, un médico de 34 años, fueron encontrados en Costa Sud y enterrados como NN en el cementerio de Magdalena. Fueron identificados en 1999.

Susana Abad, de 23 años y embarazada, estudiaba Psicología en la Facultad de Humanidades. Fue secuestrada de su casa en La Plata, junto con Pablo Bustos, su compañero de 24 años. Su hermano, Oscar Abad, médico desde 1975, también fue secuestrado.

Domingo "Mingo" Teruggi, ex presidente de la FUA y amigo de Sergio Karakachoff, fue secuestrado de su casa frente a su esposa e hijo. Karakachoff, trabajador del Concejo Deliberante de La Plata y candidato a diputado, es conocido por ser uno de los creadores de Franja Morada, la agrupación universitaria, y militó junto a Raúl Alfonsín. Ambos fueron secuestrados poco después y arrojados cerca de la estancia Santa Juana. Sus cuerpos, torturados y sin vida, aparecieron el 10 de septiembre de 1976, a la vera de la Ruta 36, entre Bavio y Payró.

Juan Manuel Suárez, jornalero, fue secuestrado junto a otras 11 personas durante las noches de enero de 1977 en el barrio de City Bell. Guillermo Savloff, de 48 años, era profesor de la Facultad de Periodismo.

La producción del video permitió a los estudiantes desarrollar un trabajo de búsqueda dentro y fuera del pueblo, que despertó la empatía de los jóvenes. Esas personas, cuyas vidas fueron truncadas, podrían haber sido ellos mismos.

"La importancia de hacer memoria, como decimos en el proyecto, es recordar que es pasar por el corazón. Creo que logramos nuestro objetivo, ya que generó un gran debate en el pueblo. Consideramos fundamental hablar en la escuela de estos hechos y no dejar que se olviden", explicó De Feudis.

Este no es el único trabajo de los estudiantes de la Secundaria 6 de Bavio relacionado con los derechos humanos. En 2023, se reflejó su compromiso en la imposición del nombre "Excombatientes de Malvinas" a la escuela.

"La importancia de educar en derechos humanos en nuestra escuela está relacionada con la construcción de memoria. No queremos que se pierdan en el olvido los hechos ocurridos, ya sea durante la dictadura militar u otros sucesos. Por eso, hacemos hincapié en que las nuevas generaciones sostengan y defiendan los derechos humanos, tanto los de entonces como los actuales", concluyó Cecilia Lucero, directora de la escuela.