Blanco y radiante. Breve reseña sobre el guardapolvo

¿Quién creó el guardapolvo blanco? ¿En qué contexto y con qué finalidad se estableció su uso en las escuelas argentinas? Repasemos algunas cuestiones claves de la historia del guardapolvo, símbolo indiscutible de la Educación Pública.
 

No fue Domingo Faustino Sarmiento quién determinó el uso del guardapolvo blanco en las escuelas. Tampoco Mario Pizzurno, fue su inspirador durante su tarea como Inspector General de Enseñanza Secundaria y Normal de Enseñanza Primaria, hasta 1909.

La verdad es que recién en 1915, la maestra porteña Matilde Filgueiras decidió la utilización de un uniforme escolar.

Blanco y radiante

Todo comenzó cuando en una reunión de docentes en la escuela Cornelia Pizarro del barrio de Recoleta, de Buenos Aires, la docente manifestó ante sus colegas que era necesario crear un uniforme para evitar las diferencias sociales entre estudiantes.

En la escuela de la calle Peña 2670, Matilde Filgueiras también se reunió con los padres para explicarles que la ropa ponía de manifiesto la condición social y generaba divisiones, y por ello propuso el uso de la prenda que luego se denominó “guardapolvo blanco”. Pero ni siquiera logró uniformar las opiniones: por un lado estaban los padres que consideraban descabellada la idea; y por el otro, entre quienes la aprobaban, no se ponían de acuerdo en el color que debía emplearse.

Se cuenta que, empeñada en llevar adelante su idea, la maestra acudió a la calle Florida y compró varios metros de género blanco que pagó de su bolsillo. Los cortó y distribuyó entre el alumnado. A las madres les explicó cómo debía ser el modelo de guardapolvo.

El debate trascendió la escuela Pizarro e inclusive, el ámbito escolar. La difusión del guardapolvo blanco como prenda higiénica encontró fundamento en el discurso médico y la “guerra contra los microbios” característicos de la concepción pedagógica de esa época.

La aprobación oficial se concretó el 1 de noviembre de 1919, en la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, y recién 23 años más tarde, en 1942, el uso del guardapolvo blanco se convirtió en obligatorio en todo el país.

Blanco y radiante

En la provincia de Buenos Aires, el Consejo General de Educación en la sesión del 3 de marzo de 1926 estableció en su artículo 1º: "El uso del uniforme (delantal o guardapolvo blanco) será obligatorio durante la totalidad del día escolar, para todo el personal (docente y administrativos) y los alumnos”. (Revista de Instrucción Primaria, Bs As, 1926:15420)

El guardapolvo blanco confirió un sentido de pertenencia que ayudó a la expansión del sistema educativo. Hoy es considerado un símbolo indiscutido de la Educación Pública en Argentina. 

FOTOS: 

  • Escuela Santa Teresita de Belgrano. Buenos Aires. 1934. Archivo General de la Nación Argentina (Portada)
  • Lectura en voz alta y al aire libre, Formosa, sin fecha. Archivo General de la Nación Argentina (Imagen 1)