Arrancaron las clases: cambia la rutina y hay que adaptarse al nuevo ritmo
La Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social de la cartera educativa provincial, ofrece una serie de sugerencias para tener en cuenta en el inicio del ciclo lectivo. El acompañamiento familiar y el recibimiento por parte de la escuela conforman el mejor escenario para arrancar las clases y darle la trascendencia que el hecho requiere.
Después de un tiempo de descanso, cambian las reglas. Los horarios para levantarse y comer, las actividades, los viajes, la vestimenta y hasta los momentos de juego se modifican con el inicio del ciclo lectivo. La familia y la sociedad alteran su fisonomía cuando las clases ganan la escena. Adaptarse al nuevo ritmo se convierte en el desafío para que el proceso de aprendizaje se realice de la mejor manera.
El inicio de clases es un momento importante en la vida de estudiantes, familias, docentes y no docentes. Reafirma el derecho humano a la educación y es una esperanza e ilusión para edificar de manera conjunta porvenires más venturosos.
Cada ingreso a la escuela y cada comienzo de un nuevo ciclo lectivo implica una nueva etapa, nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje significativos, nuevas experiencias cotidianas en la vida de las y los estudiantes. Por ello, este período requiere ser acompañado pedagógicamente con el objetivo de generar afiliación, sentido de identidad y pertenencia.
Sugerencias para que no falten las ganas y la motivación
En este contexto, la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social de la cartera educativa provincial, ofrece una serie de sugerencias para tener en cuenta:
El primer día de clase, las instituciones educativas deben organizar diferentes modalidades de rituales de bienvenida. Estos adquieren particular énfasis para las y los estudiantes que ingresan a un nuevo nivel, pero en toda la trayectoria educativa, niñeces y juventudes deben sentir que para la institución educativa es importante que cada una y cada uno esté en la escuela.
Estos rituales de bienvenida pueden ser organizados entre docentes, familias e incluso estudiantes de los últimos ciclos del nivel. Sería importante que se generen instancias pedagógicas a partir de espacios lúdicos.
Es positivo que las familias participen del primer día de clase. Para las niñas y los niños y las y los jóvenes, es importante sentirse acompañadas y acompañados. Esos rituales suelen dejar marca y quedar como recuerdos familiares indelebles. Suelen generar confianza, autoestima, fe en sí mismos.
Invitar a las familias es una ocasión para dar cuenta de que la escuela está abierta a la comunidad, de que trasciende el edificio y es un espacio para todas y todos. La escuela es el Estado, el barrio, los espacios virtuales, entre otros. Suele ser inaugural que las familias sientan a la escuela como un espacio propio y comunitario. También puede ser ocasión para presentar a las y los docentes y personal no docente, para mostrar las instalaciones de la escuela, para dar pautas respecto de los horarios, para organizar los canales de comunicación, para contarles sobre la necesidad de construir juntos el oficio de estudiantes. Pero particularmente para que la escuela comunique que está permanentemente dispuesta y a disposición de las familias, que es una institución que cuida.
También es un momento ideal para construir grupalidad, una nueva o una mejor vinculación entre grupos de pares. Es posible pensar diferentes estrategias pedagógicas que oficien como mirada anticipatoria de situaciones de conflicto, pensar diferentes instancias que afilian al estudiante con su grupo de pares, con las personas con quienes comparte las aulas y los recreos.
Frecuentemente, durante los recesos, los horarios de las niñeces y las juventudes suelen flexibilizarse, al igual que las rutinas familiares (horarios de comidas, etc) y los tiempos del juego. De manera cuidada y amorosa, las y los docentes, en espacios de reunión con familias, pueden hacer orientaciones sobre lo necesario que es cambiar las rutinas vacacionales, ajustar los horarios para que las y los estudiantes concurran todos los días, en el horario indicado y que tengan capacidad de concentración. En ese sentido, es necesario hacer hincapié sobre algunos peligros respecto del consumo problemático de las redes sociales en niñeces y juventudes.
Generar desde el primer día espacios de participación de las y los estudiantes y hacerles saber que hay espacios de escucha para cualquier situación difícil que tengan que afrontar y que pueda obstaculizar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Hablar sobre la importancia de que las y los estudiantes concurran todos los días a la escuela como condición para garantizar la continuidad pedagógica y para fortalecer los lazos de afiliación, compañerismo, solidaridad y pertenencia.
Enmarcar todas las acciones desde la perspectiva de las políticas integrales de cuidado, desde la convicción política y pedagógica de que el Estado cuida a través de las escuelas y enseña y construye derechos y obligaciones en la comunidad educativa respecto al cuidado de una misma y uno mismo, de las otras y los otros y del contexto.
Desde el primer día, la escuela es una institución que da cuenta de un Estado presente. Es ocasión también para transmitir los ideales de ciudadanía, convivencia y democracia intrínsecos a las instituciones educativas.