Todo lo que trae la primavera

A finales de agosto tomábamos un café con Belén y ella reflexionó sobre el tiempo. Y recordó a San Agustín: “¿Qué es el tiempo? Si me lo preguntan no lo sé; si no me lo preguntan, lo sé. Y alguien allí añadió una afirmación más de entrecasa: “Agosto dura 120 días y, desde septiembre a fin de año todo pasa en dos horas”. 

Esas elucubraciones son propias de una época. Una zona del año en la que el gris del invierno empieza a transmutar a verde hasta disolverse en ese, el color de la esperanza. Y más allá de los gustos, lo cierto es que la llegada de la primavera se percibe en el cuerpo y con todos los sentidos. Está en las hojas de los árboles, en el andar paseando de la gente, en el aroma de azahares que flota en el aire, en el color del día. Allí está la primavera, una buena noticia para las emociones. ¿Cómo no va a influir sobre nuestros ánimos? 

Este número de Microscopía está destinado a la primavera o, mejor, a las felices implicancias de la primavera. Husmeamos en todas las razones que producen cambios en las mujeres y los hombres durante este tiempo. En los recuerdos, en las experiencias, en el presente de la primavera. 

Todo lo que trae la primavera

Septiembre es también el mes del estudiante. Valga esta apreciación para aclarar un tema que a veces se nos pasa de largo. La celebración del Día del Estudiante no se vincula directamente con la llegada de la primavera los 21 de septiembre. Aunque la tradición ha forjado este vínculo, en realidad, la fecha data de más de un siglo y es un homenaje a Domingo Faustino Sarmiento. El día se relaciona con la repatriación de sus restos desde Asunción, Paraguay, donde vivía al momento de su muerte.

Primavera deriva de Ver Primum (a la entrada del verano) o estación previa del verano. En  latín existen las palabras primaevitas, que significa la edad primera y primævus, según Virgilio, "que está en la flor de la edad". 

Bien, empezamos con las lecturas y visualizaciones. Gracias otra vez por acompañarnos en este nuevo número de Microscopía, que intenta ser tan proverbial como la mismísima primavera.