Las mujeres de la Revolución

La necesidad de reescribir la historia

Monumento a Juana Azurduy. Buenos Aires

Juana Azurduy, “Macacha” Güemes, Mariquita Sánchez de Thompson y María Remedios del Valle, son algunas de las mujeres protagonistas que, durante el proceso independentista rioplatense pelearon, espiaron, planificaron junto a sus pares masculinos, impulsadas por las circunstancias y el torbellino del contexto.

Detrás de ellas hubo cientos de mujeres anónimas, realizando diversas tareas, no sólo en el campo de batalla, en la lucha plena y armada, sino trabajando como enfermeras de los hombres caídos, enterrando a los muertos y trabajando como cocineras. 

Este papel preponderante surge de la necesidad del contexto que se vivía, dado que de otra manera no hubieran podido cobrar ese protagonismo, o convertirse en sujetos activos, en una época en que el matrimonio o el convento eran sus únicas posibilidades.

Estudiar sus vidas, sus pensamientos, sus acciones no sólo nos permite conocer ese pasado para entender el presente que vivimos y construir un futuro mejor, sino para poder formar unas historia aún más crítica que dé lugar a plantear, replantear y deconstruir conceptos ligados netamente al varón como son (entre otros) “héroe” o “padre de la patria”.

El gran sueño de liberación permitió que cientos de mujeres de diversas clases sociales, con distintas realidades pudieran participar activamente de la vida pública y política, unidas por la sed de independencia, dejando en claro que la Patria es de todos y de todas. 

Todas ellas merecen ser nombradas y recordadas por su protagonismo insoslayable en la construcción de nuestra Nación.


Juana Azurduy

Azurduy fue representante de la lucha armada de la población indígena y mestiza harta de la explotación colonial. Ella y su esposo formaron el Batallón Los Leales, que luchó contra las tropas realistas en el Alto Perú. A partir de 1816 se unió a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes para defender el país durante seis invasiones realistas. Murió en la pobreza el 25 de mayo de 1862.


Macacha Güemes

María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada, conocida como "Macacha", hermana del general Martín Miguel de Güemes, nació el 11 de diciembre de 1787 en Salta. Fue una de las mujeres más importantes de la independencia argentina. A partir de 1810, junto con su hermano, participó activamente en la causa revolucionaria al comandar un ejército de gauchos llamado "Los Infernales". Dotada de un poder político ilimitado, en marzo de 1816, la Macacha fue imprescindible para la firma de la Paz de los Cerillos, acto fundamental para la firma de la independencia. Murió el 7 de junio de 1866.


Mariquita Sánchez de Thompson

María Sánchez de Thompson, más conocida como "Mariquita", nació el 1 de noviembre de 1776. Proveniente de una familia adinerada, se rebeló contra sus padres que la obligaron a casarse con un hombre al que no amaba. Estaba enamorada de su primo, Martin Thompson, con quien pudo casarse después de ganar una disputa.

La historia recuerda que fue en una de estas tertulias donde se tocó por primera vez el himno argentino, aunque existen serias dudas de que así fuera.

Fue un faro para la élite femenina rioplatense, astuta observadora de los tiempos, impulsó la educación de la mujer y colaboró económicamente con la revolución. Presidió la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires y pasó muchos años de su vida exiliado en Montevideo por una disputa con el gobernador Juan Manuel de Rosas. Murió el 23 de octubre de 1868.


María Remedios del Valle

Pocas mujeres fueron tan importantes en el campo de batalla como María Remedios del Valle. Nacida en 1766 y de raíces africanas, comenzó a destacarse realizando trabajos de enfermería y asistiendo a aquellos que sufrieron heridas durante las invasiones inglesas. No por casualidad empezó a ser conocida como “La Madre de la Patria”: su amor por estas tierras la llevaron a tomar las armas y a pelear en el Ejército que comandaba Manuel Belgrano.

María Remedios peleó en las batallas de Ayohúma, Vilcapugio, Tucumán y en el Éxodo jujeño. Recibió innumerables heridas y estuvo a punto de morir en al menos siete ocasiones. Concluidas las guerras, la “Madre de la Patria” vivió durante muchos años en la indigencia, mendigando comida en las iglesias para sobrevivir hasta que años más tarde fue ascendida a Sargenta Mayor de Caballería. Falleció el 8 de noviembre de 1847. En abril de 2013 fue sancionada la Ley Nº 26.852, la cual conmemora al 8 de noviembre como el “Día Nacional de los/as Afroargentinos/as y de la Cultura Afro” en honor a María Remedios del Valle.

Fotos: 

“Macacha” Güemes. Ministerio de Cultura de la Nación

Monumento a Juan Azurduy, Buenos Aires. Ministerio de Defensa de la Nación.

 

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