Volver a clases es siempre un buen comienzo

Alumnos posando para la foto

La irrupción de la tecnología en la vida cotidiana es ya indiscutible. Y también lo es su influencia en las prácticas sociales. Sin embargo -como una música o un aroma que viene de lejos, acaso de muy lejos- a nuestra sensibilidad le cuesta eludir ciertas emociones que persisten casi inalterables en la serpenteante matriz del tiempo. La vuelta a clases es uno de esos asuntos que  -igual que le sucede a la actriz o al actor en el infinito estreno de su arte- sacude el corazón cada vez, toda vez.

En este número de Microscopía vamos a dialogar sobre eso: sobre las emociones que produce la vuelta a clases. Experiencias de las y los docentes, de las y los estudiantes; sus miradas, la nostalgia, el tibio y arbitrario recuerdo, la expectativa, la esperanza y aún el temor, están alojadas en esta caja de palabras, sonidos e imágenes. Como en la vida, el regreso es más que un volver, constituye también una forma de crecer. 

Otra vez, el sistema educativo bonaerense entra en acción y se pone a prueba. Un sistema conformado por una multiplicidad de actores con necesidades, intereses, identidades y pertenencias. Intérpretes que, es cierto, parten de condiciones diferentes y, en paralelo, cuentan con diversos recursos para hacer oír su voz en las aulas diversas.

Estas acciones son políticas de acción y pensamiento, y configuran prácticas democráticas y participativas, que afectan siempre el futuro y el presente. Empieza, entonces, un nuevo desafío colectivo.

Es que en pleno siglo XXI, resulta imprescindible reconocer que los objetivos y las acciones de la política pública dialogan con identidades preexistentes. Se trata de dinámicas en disputa, donde la identidad bonaerense es territorio de construcciones simbólicas múltiples que deben ser analizadas. La vuelta a clases es la primera referencia en ese sentido.

“Te sigo queriendo como el primer día, con esta alegría con que voy viviendo”, escribió Alberto Cortez (el texto completo de esa poesía ocupa lugar en este ejemplar). Querer es desear, anhelar y también pretender. Esa es una buena manera de empezar. Un buen comienzo.