El planeta del Mundial

Este número de Microscopía pretende menos ser un inventario de los interesantes asuntos que refieren al Mundial de Qatar que una pincelada de anécdotas, curiosidades y personajes que nos permitan pensar por fuera de la abrumadora vorágine informativa que un evento de tal magnitud supone. Un espectáculo deportivo que llega por diferentes vías a millones y millones de personas en todo el planeta.

Messi

Existen muchas y diversas apreciaciones sobre el fútbol. Y es bueno que eso suceda, en tanto, como señaló André Maurois, “Solo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa”. Por eso, vamos a evitar alinearnos con quienes lo aman y con quienes lo detestan. El fútbol está ahí: es una pasión popular que desde el 20 se disputa en Qatar.

Qatar es un país muy especial. Allí suceden cosas que aquí no permitiríamos de ninguna manera y eso, en un buen sentido, habla del grado de madurez que ha alcanzado la sociedad argentina. En Qatar, por ejemplo, la homosexualidad implica desde multas hasta penas de cárcel. No es el único asunto que nos separa de esa nación, pero, sin dudas, se trata de una cuestión muy significativa y cara a los valores por los que se luchan y se defienden en nuestro territorio.

Y, claro, cobra un particular valor la decisión argentina vinculada con la elección de una camiseta suplente con un color inusual, inédito hasta ahora.

"Con la mano en el escudo y con el orgullo de defenderlo. Leo Messi nos presenta nuestra camiseta alternativa para el Mundial", señala el mensaje publicitario de la marca de las tres tiras, a cargo de la casaca suplente para este mundial.

"La nueva remera alternativa de la Selección transmite un poderoso mensaje de igualdad de género, alineado con los valores de diversidad e inclusión. A través del deporte tenemos la oportunidad de cambiar la vida de las personas, y el fútbol es uno de los instrumentos ideales para transformar la realidad", rescata el gerente general de Adidas Argentina, Pablo Lamo, en un comunicado que difundió la empresa.

Más allá del tono publicitario del mensaje, nos quedamos con aquello de que “el fútbol es uno de los instrumentos ideales para transformar la realidad”. Lo es, claro. En cada fecha, podemos ver la salida de los equipos, que posan con carteles que van desde el apoyo a la lucha contra enfermedades, hasta el rescate de valores como la solidaridad y el compromiso social.

La camiseta, asimismo, tiene en la parte baja, en tonos más claros, las llamas del Sol de Mayo, que está aplicado en la parte posterior del cuello, o sea en la espalda. También está producida con materiales cien por ciento reciclados.

El fútbol no es justo, en su transcurrir se cometen errores, se encuentran obstáculos y hasta se genera la exageración del ánimo. Pero existe como una tradición, una cualidad o una cultura. Es una ocasión propicia para resaltar sus bondades y aprovechar sus virtudes.

Hace ya más de un siglo, algo similar ocurría con el tango (al que Leopoldo Lugones calificó como “la danza que bailan las rameras” y Pio X describió como “ridículas contorsiones bárbaras de los negros o de los indios”). El tango, en sus inicios, padecía también a sus acérrimos detractores, sobre todo desde las aristocracias nacionales y europeas.

A ese desprecio, el Director del Instituto Francés M. Jean Richepin, en 1913, respondió: “Sería una injusticia negar que el tango, el gran delirio actual de toda Europa, tiene una marcada influencia educadora. En los últimos seis meses la gran masa del público se ha familiarizado con el nombre y la posición geográfica de la República Argentina, más ampliamente que con todo lo que hasta entonces habían podido enseñarle años y años de informaciones sobre ferrocarriles y cosechas”.

Algo así es lo que proponemos: saber más sobre los demás, sobre el mundo, sobre los otros. Porque conocernos es entendernos mejor. Buena lectura y a gritar los goles.