Centros Educativos Complementarios: una historia de transformación y compromiso con la inclusión de la enseñanza
El 5 de junio de 1963 marcó un hito en la historia educativa de la provincia de Buenos Aires. Ese día, la Dirección de Psicología y Asistencia Social Escolar inauguró en la Escuela 7 de Lomas de Zamora la primera Guardería Infantil Escolar, un proyecto innovador que buscaba atender las necesidades de las y los estudiantes y sus familias más vulnerables. Lo que comenzó como una guardería, con un enfoque asistencial, se transformó en una red de instituciones fundamentales para el sistema educativo bonaerense: los Centros Educativos Complementarios (CEC).
De guarderías a espacios de cuidado integral
Dos años después de su creación, en 1965, estas instituciones evolucionaron para convertirse en Centros Asistenciales. No obstante, fue en 1967 cuando se produjo el cambio más significativo: las guarderías pasaron a llamarse Centros Educativos Complementarios, un nombre que refleja mejor su misión de complementar el aprendizaje escolar con una atención integral a las necesidades sociales y emocionales del estudiantado.
El primer establecimiento que adoptó esta denominación fue el Centro Educativo Complementario 801 de Lomas de Zamora, conocido como “Tambor de Tacuarí”. Desde entonces, estos centros se consolidaron como un puente entre la familia, la escuela y la comunidad, reafirmando la legitimidad del Estado en su compromiso con la educación inclusiva y el desarrollo integral de la niñez.
Un modelo basado en derechos
El marco normativo que sustenta a los CEC está definido por la Resolución Nº 5.304/03, que regula su accionar en consonancia con la Ley de Educación Provincial 11.612 y la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. Este reglamento reafirma el objetivo de los CEC: complementar los aprendizajes formales, brindar apoyo social y promover la participación activa de las y los estudiantes en la vida comunitaria.
Del asistencialismo a la enseñanza y el cuidado
El cambio de paradigma en los CEC se formalizó en 2007 con la puesta en marcha del proyecto “Propuesta Curricular para Centros Educativos Complementarios”, elaborado en colaboración con docentes. Esta iniciativa redefine el enfoque de estas instituciones, pasando de un modelo asistencial a uno centrado en la enseñanza y el cuidado como derechos universales.
Hoy, los CEC se destacan por ser espacios donde convergen la educación, el apoyo social y la inclusión. Su labor no solo complementa los aprendizajes que las y los estudiantes adquieren en los niveles de enseñanza formal, sino que también fortalece el vínculo entre las familias, las comunidades y el sistema educativo.
Un compromiso que trasciende generaciones
Con más de seis décadas de historia, los Centros Educativos Complementarios son una prueba viviente del compromiso del sistema educativo bonaerense con la inclusión y el desarrollo integral de sus estudiantes. A través de su evolución, estas instituciones han sabido adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad, consolidándose como pilares fundamentales para garantizar que ningún estudiante quede al margen.
En cada rincón de la provincia, los CEC continúan escribiendo una historia que celebra la educación como un derecho y un motor de transformación social. Una historia que, sin dudas, seguirá creciendo junto a las nuevas generaciones.