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La Educación Especial pionera en tierras bonaerenses

niño junto a la maestra

En 1949, en el marco de la adhesión argentina a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, se creó la Dirección de Educación Especial en la provincia de Buenos Aires. Una propuesta visionaria que permitió desarrollar estrategias para la educación de los entonces llamados “niñas, niños y jóvenes excepcionales''. Una conquista social valiosa para las y los bonaerenses, que otorgaba los beneficios de una educación gratuita y obligatoria a las personas con discapacidad.

Durante más de 73 años, las y los docentes y profesionales de la Educación Especial han acompañado su proceso de transformación a tal punto que, en 2006, se constituyó como una modalidad del sistema educativo argentino. En este tiempo, la Educación Especial provincial desarrolló propuestas educativas en el marco de las transformaciones sociales, culturales, científicas y tecnológicas, que la ubican como pionera y a la vanguardia en nuestro país y en Latinoamérica, trabajando tanto en la producción de conocimiento como en la promoción de trayectorias educativas para la integración e inclusión de estudiantes con discapacidad.

A más de siete décadas de aquél momento histórico para la educación de la provincia de Buenos Aires, con más de 600 escuelas y 90 mil estudiantes, la Educación Especial bonaerense trabaja a diario, enseñando, para que ese derecho se cristalice. 

La integración como proceso sistemático de inclusión escolar se inició en la década del 60 con estudiantes con discapacidad visual y, en los años 70, se sumó integraciones de estudiantes con discapacidad auditiva y motora. Fue a partir de 1989 que se concretaron también proyectos de integración con chicas y chicos que presentaban discapacidad intelectual, en ese momento, bajo el concepto y denominación de "Necesidades Educativas Especiales".

A este camino, en gran parte del mundo, se lo transita con la inclusión de estudiantes con necesidades educativas derivadas de la discapacidad, estableciendo articulaciones con los distintos niveles y modalidades de la enseñanza como también con los diversos sectores gubernamentales y de gestión privada en pos de la igualdad de oportunidades, la calidad de los aprendizajes y la cultura del trabajo. La construcción de una sociedad cada vez más inclusiva es el desafío que convoca a gran parte del planeta.

El siglo XXI aborda la perspectiva del Modelo Social de la Discapacidad. Desde este paradigma, la discapacidad es el resultado de la interacción entre el sujeto y su entorno, dejando de ser un problema único de esa persona y convirtiéndose en un tema de todas y todos, que exige la construcción de una nueva sociedad inclusiva y accesible.

Este desafío convoca a educadores y educadoras, y por qué no a las sociedades, a respetar la palabra y agudizar la escucha de las personas con discapacidad. Un derecho  a vivir la vida con autonomía y libertad. Un derecho que no se puede soslayar y que hay que lograr garantizar.